Los mercados de criptomonedas evolucionan rápidamente aprovechando la llegada de inversionistas y nuevos vehículos de inversión como los futuros de Bitcoin. Los futuros han demostrado desde su creación ser una potente herramienta de mercado. Sobre todo porque ofrecen a quienes las usan, una gran flexibilidad y la oportunidad de proteger sus inversiones.
Pero ¿Qué son las futuros y cuáles son sus características? ¿Cómo los inversores y traders de Bitcoin pueden aprovecharse de esta herramienta? ¿Es aplicable a otras criptomonedas? ¿Qué hay de su regulación y su nivel de riesgo? Pues bien estas y otras preguntas las responderemos a continuación en este nuevo capítulo de Bit2Me Academy.
¿Qué es un Futuro? Cuando hablamos de un futuro o mercado de futuros, hacemos referencia a un mercado en el que se crean contratos entre distintas partes, los cuales les compromete a comprar o vender en el futuro, un determinado bien o activo activo financiero de acuerdo a lo estipulado en dicho contrato. Estos contratos llevan definidos algunos datos como son la cantidad, precio, fecha de vencimiento de la operación. Al plazo de vencimiento de estos, los pagos son realizados de acuerdo a lo que estipule el contrato.
Estos contratos son un tipo de contrato de comercio de derivados, por lo que podemos encontrarnos estas herramientas dentro de mercados regulados y no regulados como los OTC (Over the Counter).
Pese a que los mercados de futuros tienen siglos de antigüedad, en la actualidad son usados para obtener rentabilidad de una buena negociación entre partes. Sobre todo donde las circunstancias exógenas y el entorno determina la variabilidad en los precios, como es el caso del mercado de criptomonedas.
Origen de los Mercados de Futuros El origen de los futuros o mercados de futuros actuales data de un conocido sistema de protección para los productores agrícolas en el siglo XIX, el llamado “Forward”. Gracias a este sistema, los productores podían dar salida a su producción en momentos de alta producción (cosechas), regularizando y estabilizando los precios, favoreciendo la venta de sus productos y manteniendo los precios en el mercado.
Sin embargo, su estructura y funcionamiento datan del siglo XVIII, más precisamente de la ciudad de Osaka en Japón en 1730. En ese entonces, el shogunato Tokugawa que llevaba más de un siglo dominando la nación oriental, había ordenado la creación de una infraestructura de mercados bien asentada en cuanto a las entregas futuras de arroz.
Esta infraestructura económica le permitía a los dominios feudales vender el arroz que recogían de los impuestos sobre sus territorios a los comerciantes intermediarios a través de subastas y cupones de futuros que se entregaba al que hubiera sido el mejor postor. Esos cupones de arroz eran algo muy habitual, incluyendo los que servían para el comercio del arroz que se transportaba a Osaka. Adicionalmente, todas estas actividades quedaban asentadas en un libro en Dojima, marcando el inicio del primer mercado de futuros: el conocido Mercado del Arroz de Dojima.
El precio del arroz que se establecía en el Mercado del Arroz de Dojima se divulgaba por mensajeros y a través de señales en cientos de kilómetros a la redonda, llegando a alcanzar la capital y otras grandes ciudades. Además, muchas de las reglas y prácticas de comercialización que se desarrollaron en Dojima se usaron después en las bolsas de mercancías, de valores y de futuros financieros.
Posteriormente esta herramienta fue utilizada para crear el primer mercado de futuros moderno, el cual comenzó su funcionamiento en la Bolsa de Grano de Chicago, en el año de 1848. En ese entonces, se comenzaron a establecer las normas básicas de comercialización y operaciones de contratación para entregas futuras de productos agrícolas, tal como las conocemos en la actualidad.
¿Cómo funciona un mercado de futuros? Para entender mejor cómo funciona un futuro o mercado de futuros lo mejor es crear un escenario de ejemplo, así podríamos decir lo siguiente:
Imagina que en este momento (agosto 2020) quieres comprar 10.000 toneladas de arroz a un productor por un precio de 450 € por tonelada. Para la compra has decidido pactar un contrato de futuro por un valor de 4.500.000 € y este contrato se vencería en julio de 2021. Esto significa que en julio de 2021 podrás tener acceso a ese arroz que has comprado y a partir de allí podrás venderlo o usarlo como desees.
En este punto se pueden dar dos situaciones:
El precio de la tonelada de arroz ha subido a 550 € debido a una mayor demanda de arroz y una producción baja del mismo. El precio de la tonelada de arroz ha bajado a 380 €, debido a una baja demanda o a una producción abundante del mismo. En el primer caso, si el precio sube, tu contrato de futuro será un contrato positivo, puesto que has comprado 10.000 toneladas de arroz a un precio menor al del mercado (has comprado a 450 € por tonelada, en lugar de 550 € por tonelada) lo que te genera una ganancia de 1.000.000 €. Mientras que en el segundo caso, origina una pérdida porque has comprado a un precio superior al valor del mercado actual.
Por supuesto, las condiciones de los futuros pueden definirse de distintas formas de acuerdo a las necesidades de las partes, apostando siempre por sacar las mejores condiciones. Sin embargo, una vez estas condiciones estén dadas y el contrato esté vencido, las mismas aplicarán de forma absoluta para las partes.
Características de los Futuros Ahora que conocemos qué son y cómo funcionan los futuros, es hora de que conozcamos sus características, y entre estas podemos mencionar:
Son mercados regularizados y con funcionamiento bien definido. Gracias a ello, se cuenta con un marco legal que puede protegernos en distintos casos en lo que las negociaciones se tergiversen. En este mercado pueden participar todos, y esto resulta vital para los mismos ya que aportan liquidez. Además, estos participantes pueden agruparse de la siguiente forma: Los miembros de las bolsas: entre ellos podemos detallar bancos, compañías de inversiones, agentes de bolsa, brokers financieros e intermediarios oficiales. Los arbitrajistas o clientes profesionales: son quienes utilizan los mercados para proteger sus inversiones e inventarios y que aprovechan las distorsiones de precios de un activo que se cotiza en mercados diferentes simultáneamente. Coberturistas: Aquellos actores que buscan protegerse de variaciones en los precios de los productos, con el mero objetivo de reducir las posibles pérdidas en las diferentes fases de venta de un producto. Estos vendrían a ser: productores, exportadores, cooperativas, etc. Normalmente estos usan los mercados de futuros para neutralizar todo tipo de riesgos. Los clientes particulares o retails, también llamados especuladores o inversores: estos son aquellos actores que compran o venden futuros según expectativas alcistas o bajistas, es decir, que tratan de sacar provecho a las fluctuaciones de las cotizaciones. Los mercados de futuros ofrecen un alto grado de apalancamiento lo que acaba teniendo un efecto multiplicador sobre las ganancias o pérdidas futuras. En este punto, los mercados de futuros deben sopesar muy bien en caso de apalancamiento. Sobre todo porque estos pueden acarrear pérdidas importantes cuando se desconoce el mercado. El carácter regulado de los mercados de futuros tiene su figura en la Cámara de Compensación. Esta actúa de intermediario en la negociación de la operación, tratando de garantizar que las condiciones de la negociación se cumplan y operen con contratos estándar para todos. Adicionalmente los mercados de futuros son mercados muy transparentes. Esto debido a que diariamente se exponen los precios y cotizaciones del mercado. Los mercados de futuros aplican sobre distintos activos físicos (commodities) y otros activos de gran interés para los inversores. Comprendido el concepto de los futuros en bolsa y su mercado, parece lógico entender que la manera más cómoda y ágil de operar es en los futuros. Además, la transparencia, la volatilidad y el apalancamiento llegan a hacer que el trading, en el mercado de futuros, sea una estupenda opción para operar.
Índice Los futuros de Bitcoin son contratos que comprometen a comprar bitcoins o vender en el futuro una determinada cantidad a un precio ya estipulado por las partes con anterioridad.
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Los mercados de criptomonedas evolucionan rápidamente aprovechando la llegada de inversionistas y nuevos vehículos de inversión como los futuros de Bitcoin. Los futuros han demostrado desde su creación ser una potente herramienta de mercado. Sobre todo porque ofrecen a quienes las usan, una gran flexibilidad y la oportunidad de proteger sus inversiones.
Pero ¿Qué son las futuros y cuáles son sus características? ¿Cómo los inversores y traders de Bitcoin pueden aprovecharse de esta herramienta? ¿Es aplicable a otras criptomonedas? ¿Qué hay de su regulación y su nivel de riesgo? Pues bien estas y otras preguntas las responderemos a continuación en este nuevo capítulo de Bit2Me Academy.
¿Qué es un Futuro? Cuando hablamos de un futuro o mercado de futuros, hacemos referencia a un mercado en el que se crean contratos entre distintas partes, los cuales les compromete a comprar o vender en el futuro, un determinado bien o activo activo financiero de acuerdo a lo estipulado en dicho contrato. Estos contratos llevan definidos algunos datos como son la cantidad, precio, fecha de vencimiento de la operación. Al plazo de vencimiento de estos, los pagos son realizados de acuerdo a lo que estipule el contrato.
Estos contratos son un tipo de contrato de comercio de derivados, por lo que podemos encontrarnos estas herramientas dentro de mercados regulados y no regulados como los OTC (Over the Counter).
Pese a que los mercados de futuros tienen siglos de antigüedad, en la actualidad son usados para obtener rentabilidad de una buena negociación entre partes. Sobre todo donde las circunstancias exógenas y el entorno determina la variabilidad en los precios, como es el caso del mercado de criptomonedas.
Origen de los Mercados de Futuros El origen de los futuros o mercados de futuros actuales data de un conocido sistema de protección para los productores agrícolas en el siglo XIX, el llamado “Forward”. Gracias a este sistema, los productores podían dar salida a su producción en momentos de alta producción (cosechas), regularizando y estabilizando los precios, favoreciendo la venta de sus productos y manteniendo los precios en el mercado.
Sin embargo, su estructura y funcionamiento datan del siglo XVIII, más precisamente de la ciudad de Osaka en Japón en 1730. En ese entonces, el shogunato Tokugawa que llevaba más de un siglo dominando la nación oriental, había ordenado la creación de una infraestructura de mercados bien asentada en cuanto a las entregas futuras de arroz.
Esta infraestructura económica le permitía a los dominios feudales vender el arroz que recogían de los impuestos sobre sus territorios a los comerciantes intermediarios a través de subastas y cupones de futuros que se entregaba al que hubiera sido el mejor postor. Esos cupones de arroz eran algo muy habitual, incluyendo los que servían para el comercio del arroz que se transportaba a Osaka. Adicionalmente, todas estas actividades quedaban asentadas en un libro en Dojima, marcando el inicio del primer mercado de futuros: el conocido Mercado del Arroz de Dojima.
El precio del arroz que se establecía en el Mercado del Arroz de Dojima se divulgaba por mensajeros y a través de señales en cientos de kilómetros a la redonda, llegando a alcanzar la capital y otras grandes ciudades. Además, muchas de las reglas y prácticas de comercialización que se desarrollaron en Dojima se usaron después en las bolsas de mercancías, de valores y de futuros financieros.
Posteriormente esta herramienta fue utilizada para crear el primer mercado de futuros moderno, el cual comenzó su funcionamiento en la Bolsa de Grano de Chicago, en el año de 1848. En ese entonces, se comenzaron a establecer las normas básicas de comercialización y operaciones de contratación para entregas futuras de productos agrícolas, tal como las conocemos en la actualidad.
Mercado de Arroz de Dojima, el lugar de nacimiento de los futuros ¿Cómo funciona un mercado de futuros? Para entender mejor cómo funciona un futuro o mercado de futuros lo mejor es crear un escenario de ejemplo, así podríamos decir lo siguiente:
Imagina que en este momento (agosto 2020) quieres comprar 10.000 toneladas de arroz a un productor por un precio de 450 € por tonelada. Para la compra has decidido pactar un contrato de futuro por un valor de 4.500.000 € y este contrato se vencería en julio de 2021. Esto significa que en julio de 2021 podrás tener acceso a ese arroz que has comprado y a partir de allí podrás venderlo o usarlo como desees.
En este punto se pueden dar dos situaciones:
El precio de la tonelada de arroz ha subido a 550 € debido a una mayor demanda de arroz y una producción baja del mismo. El precio de la tonelada de arroz ha bajado a 380 €, debido a una baja demanda o a una producción abundante del mismo. En el primer caso, si el precio sube, tu contrato de futuro será un contrato positivo, puesto que has comprado 10.000 toneladas de arroz a un precio menor al del mercado (has comprado a 450 € por tonelada, en lugar de 550 € por tonelada) lo que te genera una ganancia de 1.000.000 €. Mientras que en el segundo caso, origina una pérdida porque has comprado a un precio superior al valor del mercado actual.
Por supuesto, las condiciones de los futuros pueden definirse de distintas formas de acuerdo a las necesidades de las partes, apostando siempre por sacar las mejores condiciones. Sin embargo, una vez estas condiciones estén dadas y el contrato esté vencido, las mismas aplicarán de forma absoluta para las partes.
Características de los Futuros Ahora que conocemos qué son y cómo funcionan los futuros, es hora de que conozcamos sus características, y entre estas podemos mencionar:
Son mercados regularizados y con funcionamiento bien definido. Gracias a ello, se cuenta con un marco legal que puede protegernos en distintos casos en lo que las negociaciones se tergiversen. En este mercado pueden participar todos, y esto resulta vital para los mismos ya que aportan liquidez. Además, estos participantes pueden agruparse de la siguiente forma: Los miembros de las bolsas: entre ellos podemos detallar bancos, compañías de inversiones, agentes de bolsa, brokers financieros e intermediarios oficiales. Los arbitrajistas o clientes profesionales: son quienes utilizan los mercados para proteger sus inversiones e inventarios y que aprovechan las distorsiones de precios de un activo que se cotiza en mercados diferentes simultáneamente. Coberturistas: Aquellos actores que buscan protegerse de variaciones en los precios de los productos, con el mero objetivo de reducir las posibles pérdidas en las diferentes fases de venta de un producto. Estos vendrían a ser: productores, exportadores, cooperativas, etc. Normalmente estos usan los mercados de futuros para neutralizar todo tipo de riesgos. Los clientes particulares o retails, también llamados especuladores o inversores: estos son aquellos actores que compran o venden futuros según expectativas alcistas o bajistas, es decir, que tratan de sacar provecho a las fluctuaciones de las cotizaciones. Los mercados de futuros ofrecen un alto grado de apalancamiento lo que acaba teniendo un efecto multiplicador sobre las ganancias o pérdidas futuras. En este punto, los mercados de futuros deben sopesar muy bien en caso de apalancamiento. Sobre todo porque estos pueden acarrear pérdidas importantes cuando se desconoce el mercado. El carácter regulado de los mercados de futuros tiene su figura en la Cámara de Compensación. Esta actúa de intermediario en la negociación de la operación, tratando de garantizar que las condiciones de la negociación se cumplan y operen con contratos estándar para todos. Adicionalmente los mercados de futuros son mercados muy transparentes. Esto debido a que diariamente se exponen los precios y cotizaciones del mercado. Los mercados de futuros aplican sobre distintos activos físicos (commodities) y otros activos de gran interés para los inversores. Comprendido el concepto de los futuros en bolsa y su mercado, parece lógico entender que la manera más cómoda y ágil de operar es en los futuros. Además, la transparencia, la volatilidad y el apalancamiento llegan a hacer que el trading, en el mercado de futuros, sea una estupenda opción para operar.
¿Cuánto sabes, criptonauta?
¿Todos los futuros de Bitcoin están regulados? ¡FALSO!
Si bien hay empresas y exchanges que ofrecen futuros regulados como el caso de Bakkt, CME o CBOE, la mayoría de futuros de Bitcoin no están protegidos por las regulaciones debido al vacío legal en el que se encuentran las criptomonedas en la mayoría del mundo. Por supuesto, esto no limita a Bitcoin a realizar un mercado de futuros fuerte y confiable, y todo gracias a que Bitcoin es descentralizado y las acciones de confianza quedan reducidas entre las partes del contrato. Sin embargo, si su mayor preocupación es la de participar en mercados regulados, tenga presente está información y conozca a profundidad la plataforma antes de hacer cualquier inversión.
Pros y Contras de los Futuros Las principales pros que proporciona invertir en futuros son:
Costes iniciales: los costes generados en el contrato de futuros son menores que para otros instrumentos financieros. Liquidez: se trata de un producto financiero que ofrece liquidez. Riesgo de insolvencia: la Cámara de Compensación garantiza la liquidación del contrato. Flexibilidad al negociar: el acuerdo puede ser cerrado en cualquier plazo antes de la fecha de vencimiento. Mientras que entre sus contras podemos mencionar:
Mercado: no existe contrato de futuros para cubrir todas las posiciones de contado. Vencimiento de las operaciones: el mercado fija los ciclos del vencimiento. Riesgo: se trata de un producto que comporta un alto riesgo. Existe la posibilidad de perder la totalidad de la inversión. Depósito previo: en este tipo de producto financiero es obligatorio depositar un margen que cubra una serie de riesgos. Futuros de Bitcoin ¿Cómo han desarrollado el mercado cripto? Los futuros de Bitcoin utilizan el mismo esquema de negociación ya descrito, solo que en este ocasión, la compra o venta está en torno a las variaciones del precio de Bitcoin. Los inversores suelen usar futuros con el fin de especular con el precio de Bitcoin en un mercado financiero regulado o no. Todo ello a la vez que obtiene grandes oportunidades de apalancamiento que ayude a multiplicar sus ganancias. Sin embargo, la misma situación también puede llevarle a enormes pérdidas.
Adicional a esto, los futuros de Bitcoin tiene una peculiaridad en comparación con los futuros que solemos ver en los mercados. Esta es que buena parte de ellos no están sujetos a regulación alguna. Esto es comprensible entendiendo que Bitcoin es una criptomoneda y por lo cual no es reconocida como un valor o moneda de curso legal en muchos países, así que existe un determinado vacío legal en ese aspecto.
Por otro lado, muchas empresas que ofrecen futuros de Bitcoin operan en un área con grandes indefiniciones legales. Esto les permite ofrecer estos productos con características más laxas que terminan llamando la atención de los inversionistas. Un buen ejemplo de esto es BitMEX, un exchange que ofrece futuros de Bitcoin. Sin embargo, por esta y otras actividades ha obtenido varios llamados de atención y órdenes de “Cese y desista” en distintos países.
En la actualidad, los futuros de Bitcoin regulados más utilizados son los futuros de Bakkt, CME y CBOE. Pero también, los hay no regulados como los ofrecidos por los exchanges como BitMEX, Binance, OKex, Huobi, Kraken o Bitfinex. La enorme cantidad de opciones puede parecer que estas opciones son muy seguras y sencillas de usar. Pero la realidad es, que la naturaleza altamente volátil de las criptomonedas como Bitcoin hacen de los futuros una herramienta arriesgada de inversión no apta para el usuario promedio.
Esto, por supuesto, no significa que los futuros de Bitcoin no tengan éxito. De hecho, su mayor éxito está en llevar el mercado de criptomonedas a los mercados regulados sin mayores problemas. Allí los inversionistas institucionales y acostumbrados a los mercados tradicionales pueden entrar en la actividad de especular sobre el precio de Bitcoin sin mayores problemas. Una situación que impacta positivamente en la liquidez de los mercados de criptomonedas. Sobre todo porque mejora el precio de las criptomonedas y diversifica su utilidad en todo el mundo.
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